Cuando niño, cada fin de semana rogaba me lleven al "Cerrito de la libertad" para así disfrutar de sus juegos infantiles. Hoy en dia, estos inocentes juegos que no le costaban a nuestros padres mas que el esfuerzo de llevarnos hacia el, son opacados y literalmente invadidos por una serie de toboganes gigantes, saltarines y carruseles, que si le cuestan a todo aquel que quiera utilizarlos.
Para aquellos que prefieren seguir divirtiéndose gratis, aun tienen a disposición las famosas resbaladeras tipo pulpo, columpios, trompos y los pasamanos que no han cambiado en mas de 2 décadas y que lamentablemente vienen reflejado no solo el paso de los años sinó la falta de mantenimiento adecuado. Por ejemplo las resbaladeras o toboganes (estilo moyopampa) confluyen en este caso, no en una piscina sinó en pestilentes charcos llenos de desperdicios.
Los famosos trompos, en lugar de ser un juego son un castigo para quien intente girarlo, pese al esfuerzo de los menores estos casi no se mueven.
Este es el parque de diversiones del "Cerrito de la Libertad", del que siendo niños rogabamos nos lleven y del que hoy adultos, simplemente olvidamos.
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