
Hoy en dia, estos inocentes juegos que no le costaban a nuestros padres mas que el esfuerzo de llevarnos hacia el, son opacados y literalmente invadidos por una serie de toboganes gigantes, saltarines y carruseles, que si le cuestan a todo aquel que quiera utilizarlos.

Por ejemplo las resbaladeras o toboganes (estilo moyopampa) confluyen en este caso, no en una piscina sinó en pestilentes charcos llenos de desperdicios.
Los famosos trompos, en lugar de ser un juego son un castigo para quien intente girarlo, pese al esfuerzo de los menores estos casi no se mueven.
Este es el parque de diversiones del "Cerrito de la Libertad", del que siendo niños rogabamos nos lleven y del que hoy adultos, simplemente olvidamos.
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